Cuando llega el amanecer y el reloj suena, no existe ente
ni fuerza que arraigue este cuerpo a mi cama, ni existe ruido ni oscuridad que
pueda evitar que se dibuje mi sonrisa. Todos los días son bonitos, sin importar
si he dormido, ni los problemas, ni los cambios, nada importa, porque cuando
llego, siempre te veo.
No existe modo mejor de empezar el día, que cuando te veo
descender por esas escaleras, con esa carita de niña adormilada y siento ese escalofrío
que recorre mi cuerpo y me obliga a sonreír. Tan solo por ese momento, merece la
pena recorrer media ciudad o medio mundo.
Adoro escuchar tu voz mientras caminamos, mientras en mi
mente se disparan miles de palabras que no permito salir y busco la forma de
responderte aunque no siempre halle palabras. Y es que tu voz es la mejor melodía
que mis oídos pueden escuchar.
Adoro cada gesto de tu rostro, tus ojitos arqueados al sonreír,
la belleza que deslumbra tu sonrisa, ese tono de niña que enternece y enamora a
la vez. Y es que tu rostro solo pudo ser creado por un ángel.
Siempre permanezco observándote, tras cada gesto y acción
que sale de mi cuerpo yace un sentimiento oculto entre nervios o en el
silencio, deseando ser escuchado. Tras la larga barrera de mi timidez inventada,
oculto un mar de preciosas acciones por librar, violentas algunas, otras llenas
de amor. Y es que lo que mis labios no pronuncian, es aquello que es realmente.
No hay miedo en lo que siento, no temo liberarlo, más
cuando los labios no pueden callar, lanzo las palabra al aire para que sean
escuchadas, como miguitas de pan, para dejar claro que no estoy asustado. Y es
que lo que siento no merece ser ocultado, porque no sabes realmente el placer
que es amarte.
Permanezco a la espera, sin temer avanzar, observándote, buscándote
y deseando encontrarte. No temo esperar, ni me importa el tiempo o el
espacio, ni si quiera el destino, solo el ahora. Ahora sé que es todo lo que
guardo en mí ser, ahora sé todo lo que estoy dispuesto a hacer y ahora sé, que
te quiero. Vivo mi vida en este presente sin buscar un futuro, para así, cuando
llegues a mí, seas ese rayo de luz que ilumine mi día. Y si el destino
finalmente decide apartarte de mí, bueno, moriré habiendo luchado hasta el
final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cualquier comentario que contenga cualquier tipo de abuso verbal, racista, comentarios obscenos, etc, será borrado.