La mente humana es algo que siempre me ha fascinado, pues
en ella veo la causa y solución a todos nuestros problemas. Siempre me ha
gustado estudiarla y experimentar con ella observando la personalidad de otras
personas, su forma de pensar y las razones que les llevan a ver sus
pensamientos como correctos.
Supongo que siempre he tenido ese sentimiento interno que
me ha llevado a fascinarme por una persona o a decepcionarme al ver tal y como
es. Ese sentimiento es difícil de explicar, pero para daros una idea, es como
si tu vista no pudiese dejar de mirar a esa persona y tu cerebro no pudiera parar de repasar cada
uno de sus detalles, como si el tiempo se detuviese y todo rondase en torno a
ella y cuando por fin logras salir de aquel trance, solo puedes sonreír como un
tonto. Si, descubriréis que este sentimiento se asemeja bastante a lo que
llamamos amor y en cierta parte es cierto, pero eso es porque la mayoría,
incluido yo, tenemos una base equivocada sobre lo que es el amor.
Por esta razón, yo siempre me digo a mi mismo que soy una
persona que ama constantemente, que quizá ve a las personas de un modo muy
distinto que puede que nadie consiga entender, pues este término siempre ha
caminado en la rareza. Por eso, podría decir que soy raro y de hecho así me
llaman tanto los que me conocen como los que no, en termino cariñoso los que me
aprecian y en termino de mofa los que no. Pero no me importa, dado que ese
pensamiento deriva de lo que ellos conocen como raro o “anormal”, pensamiento
que difiere en la mente de cada persona.
Con el tiempo he aprendido a ser cauto con cada persona
que conozco, he aprendido a diferenciar a aquellos que podrían traicionarme y
aquellos que no. Esta “habilidad” también nace de lo que yo entiendo por “traidor”
o “buena persona”, por lo que podría decirse que solo tiene sentido en mi
mente, ya que otros pueden no compartirlo. Tampoco es algo que sepa explicar,
pero para daros una idea, considero a una persona buena cuando me acepta tal y
como soy, aunque sea “raro” y encima me apoya o me considera un amigo. Un
traidor en cambio, para mi es una persona que dice aceptarme y luego demuestra
lo contrario con hechos, aunque sean ajenos a mi o muestra que no es fiel a lo
que dice, que se engaña a si mismo sobre lo que dice sentir por mí.
Esto, aunque suene raro, es algo que me ha estado
atormentando muchas veces. Soy de los que les cuesta mostrar sus sentimientos,
pues soy tímido y por consiguiente podría decir que nunca muestro mi verdadera
cara o aquella persona que quiero ser. Esto se debe a que mi mente crea sus
conclusiones por sí misma, dando por entendido que si me muestro tal y como
soy, aquellas personas asimilaran que es raro y por consiguiente me repudiaran.
Esto es una vez más, un ejemplo de los problemas que
nosotros mismos nos causamos. La timidez es solo un bloqueo que nuestra mente
nos autoimpone, creado a partir de ideas que tememos que no sean aceptadas por
el juicio de los demás. Yo soy tímido, me pongo nervioso constantemente cuando
hablo, sobre todo si una chica me gusta, por eso mis palabras tropiezan a
menudo, ya que mi mente no está tranquila a la hora de decirlas, pues entran en
conflicto sobre si serán aceptadas o no. Quizá en parte por eso me guste
escribir, pues mis palabras nacen directas de la mente y esta ordena a mis
dedos que las escriban.
Me considero una persona “sensible”, en el amplio término
de la palabra. Sensible ante mi entorno y ante aquello que me afecta a mi
directamente. Analizando este sentimiento, observo que mi mente tiende a hacer
suyos los problemas de aquellos a los que me importan, como si me hubiesen
ocurrido a mí. Esto se debe a que cuando una persona que me importa sufre, mi
mente copia esos sentimientos y una vez más, bajo el entendimiento que ella les
da, los reproduce en mí, haciendo que esa parte sensible recree el dolor, el
cual puede ser totalmente distinto al que sienta la otra persona. Me gusta
ayudar a los demás, pero la mayoría de las veces, a causa de este sentimiento,
no logro hacer nada, dado que ni yo mismo alcanzo a ver una solución al problema
que he copiado, pues mi mente lo bloquea. Y para añadir más leña, esto no es
algo que mencione, dado que si lo hiciera, mi mente lo entendería como que
nadie querría contarme sus problemas y por tanto, me sentiría más inútil. Una
vez más, la mente recrea mis problemas.
Con todo esto, me doy cuenta de que soy la causa de mis
problemas, yo y solamente yo. Otros problemas son ajenos a mí, pero la mayoría residen
en mi mente, pues tiende a crear ilusiones que junto a la parte sensible me
acaban dañando. Es por eso que dicen que la felicidad no está en nadie más que
en nosotros.
Con esto llego al parte que más me interesa, el amor. El
amor es complicado, o eso dicen, pero la realidad es que como todo, nosotros lo
hacemos complicado. En primer lugar debemos comprender lo que es el amor, así
que yo voy a dar mi punto de vista. Para mi el amor siempre ha sido mi mayor
objetivo, mi meta en la vida. Con el amor me veo capaz de conseguir todo, pues
de ahí saco la fuerza para enfrentarme a lo que sea. Esto se debe a que no hay
nada que más me interese en la vida que el amor.
He leído múltiples artículos sobre el amor, tratando de
comprenderlo. Esto es debido a que pese que he conocido lo bonito que es el
amor, he acabado fracasando en él, aunque no sea yo quien haya terminado las
relaciones. Al principio, veía el amor como una necesidad, una meta que quería conseguir
y que necesitaba para ser feliz. Luego me di cuenta de que el amor no lo es
todo, ya que en él intervienen numerosos factores que lo vuelven muy volátil. No
es que haya tenido muchas parejas, pero sí sé que me he mostrado tal y como soy
con cada una de ellas, rompiendo esa mascara que ocultaba mi ser. Hasta ahora
el amor es lo único que ha conseguido que mi yo verdadero se mostrara. Creía
que ellas habían logrado ver en mí más allá de lo demás, que sus mentes habían comprendido
en parte lo que yo era y eso les había enamorado. Pero entonces, si así era, ¿Por
qué he acabado fracasando?
Quiero dejar claro que esto no es una queja sobre mis antiguos
amores, si no una reflexión. En cada relación que he tenido ha intervenido una
vez más la mente y sus ideas deliberadas, así como le pasa a la mayoría de las
personas. Cuando amamos, partimos de una idea que creemos correcta, pero que en
cierto modo tiende a cegarnos. Esa idea es el deseo, la felicidad que nos produce
ser deseados, ser queridos y no estar solos. Sin quererlo, depositamos nuestro
ser en la persona que nos ama, lo que nos lleva a decir que somos uno. Eso es
algo que admiro, pues es cierto de algún modo, pero a veces nos lleva a la
dependencia. Sin quererlo, al entregar nuestro ser, nuestra mente crea esas
ideas deliberadas que comienzan a invadirnos lentamente. Esto no ocurre al
principio, si no que aparece con el tiempo. Comenzamos a preguntarnos si esa
persona sigue deseándonos como el primer día, sobre todo cuando vemos que la relación
comienza “decaer”. Decaer en cuanto a que no es tan intensa como el primer día.
De ello surgen las dudas y las acciones negativas que cometa nuestra pareja se
intensifican, debido a esas ideas que la mente crea. Entonces comienza el dolor,
la tristeza, el miedo de ir perdiendo aquello que tanto has deseado y te hace
feliz. Eso es porque tu mente crea la idea de que necesitas ser deseado, pues
eso te hace feliz.
El amor nos vuelve ciegos, porque volcamos en él toda
esperanza por ser feliz, incluso si la otra persona comete errores gordos o
muestra señales reales de que no te ama. Nuestra mente oculta eso y solo ve lo
bueno, es un hecho biológico que está probado. No nos damos cuenta, pero el
amor que tanto deseábamos se ha convertido en la fuente de nuestros males, por
nuestra culpa muchas veces.
Para mi, una persona que piensa demasiado las cosas, el
amor ha sido mi mayor quebradero de cabeza. En la mayoría de los casos a causa
de mi ceguera, pero en otros también ha intervenido el miedo de perder esa
felicidad. Me he vuelto dependiente debido a tener el amor como meta. Sin
embargo, ahora comienzo a verlo desde otra perspectiva.
Mis fracasos me han hecho ver lo importante que es el
amor para mi, así que he decidido seguir luchando por él. Pero esta vez buscaré
algo distinto y trataré de no cometer los mismos errores.
Es probable que quien lea esto piense que es una locura
de mi cabeza, pero bueno, lo comparto con aquellas personas a las que realmente
aprecio. Me gustaría que me dieseis vuestra opinión sobre el tema en general,
me haría ilusión, así sabré si mi mente no me ha vuelto a jugar una mala pasada
jaja.
Es muy probable que no haya alcanzado a decir todo lo que
me hubiese gustado, pero no quería alargar más el tema.
De todos modos, gracias por leerme. Sabed que si escribo
es porque me reconforta ver que hay gente que me lee y que en cierto modo
aprecia las cosas que digo.
Un beso.